A cada risotto… ¡su vino!

Delantal en una mano (y copa en la otra): con el risotto no se juega

A cada risotto... ¡su vino!

Fecha de publicación: 11/01/2021

Hay un dicho popular que dice “el arroz nace en el agua y muere en el vino”. Es bastante cierto, porque elegir el vino para acompañar nuestro plato favorito no es un asunto fácil o trivial, pero cuando encuentras el adecuado, es un auténtico éxtasis de sabor. Lo más probable es que tengas el éxito garantizado en la mesa con una buena copa, porque con un poco de vino todos somos jueces más benévolos…

Echa un vistazo a este artículo y verás que convertirse en un maestro chef no es imposible.

 

El vino perfecto para acompañar tu risotto

Hay miles de combinaciones: esa es la belleza de contar con una tradición gastronómica y enológica como la nuestra. Desde el Risotto ai Funghi Porcini, perfecto para degustar acompañado de un vino de cuerpo medio y buen aroma como un Dolcetto, hasta un risotto de mariscos, que requiere de la frescura de un Vermentino. Y si estamos en temporada, ¿cómo decir que no a un delicioso Risotto Con Trufas? Este risotto requiere la suavidad y el cuerpo de un vino maduro, como el Montepulciano d'Abruzzo o el Nebbiolo. Un maridaje que sin duda debes probar es el de Risotto a la Parmesana y Prosecco. Si no te lo crees, pruébalo: después del primer sorbo, que sirve para limpiar y desengrasar el queso y la mantequilla de la boca, verás que es pura poesía.

¿Cuál es el vino perfecto para “matizar” un risotto?

Depende, los ingredientes ciertamente juegan un papel muy importante en la elección, pero no son los únicos. Por ejemplo, hay un momento al final del tostado del arroz, justo antes de que la cebolla se dore en exceso, en el que el vino marca la dirección de todo el plato: este momento es la sfumata. Si el resultado que quieres obtener es clásico y refinado, el vino blanco es el más indicado. Un Chardonnay para suavizar el calor y aportar una nota afrutada es un buen aliado, así como un Pinot Grigio, que destaca por sus delicados aromas florales. Si, por el contrario, buscas darle fuerza y sustancia, elige un vino tinto como el Merlot o un Teroldego, que saben a tradición y a hogar.

 

Recetas en las que el vino se convierte en protagonista

Aquí es donde surgen obras maestras de la cocina como el risotto al Amarone, al Barbera d'Asti y al Barolo. Son sin duda platos importantes, dignos de los vinos que llevan, pero quizás el hecho de que se suelan reservar para ocasiones especiales hace que los apreciemos aún más. Aquí se va más allá del típico vino que se utiliza normalmente para cocinar un risotto, aportando un valor añadido para cualquier amante del vino. Y seguro que tú lo eres...

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