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La globalización ha acostumbrado a los consumidores a disponer siempre de una rica selección de ingredientes para disfrutar durante todo el año. Sin embargo, no hay que subestimar la importancia de la estacionalidad, tanto desde el punto de vista dietético como medioambiental. Consumir ingredientes de temporada ayuda al organismo a ingerir más nutrientes y reduce el impacto causado por los largos procesos de producción necesarios para que los productos lleguen a la mesa.
Si le gusta comer en temporada, empezando por los aperitivos, aquí tiene los mejores vinos para acompañar los entrantes de invierno.
Vinos para acompañar sabrosos entrantes de marisco
No sólo los productos de la tierra están sujetos a ciclos estacionales, sino también los del mar. En la estación fría, la lubina, la merluza, las anchoas, el rodaballo, la sepia y muchas otras variedades de pescado llegan a las mesas de los consumidores, dando lugar a deliciosas recetas de entremeses invernales.
Entre los mejores entrantes invernales de pescado y vino, se pueden preparar, por ejemplo, unas deliciosas albóndigas de merluza y patata, suaves y sabrosas, que recuerdan el gusto salado del mar, pero de sabor más bien delicado.
Solo o acompañado de una salsa, este finger food está en su punto cuando se marida con el vino adecuado, mejor aún si se trata de un blanco fresco y mineral, como un Pecorino Terre di Chieti IGT. Esta versátil y fragante excelencia de Abruzzese luce un elegante color amarillo pajizo en la copa, mientras que en nariz llega con aromas afrutados, exóticos y cítricos. En boca es refrescante, estructurado, vivo y bebible, excelente con platos de marisco, ya sean de verano o de invierno.
Si, por el contrario, lo que se busca en un aperitivo es el sabor más intenso del mar -capaz de evocar incluso en invierno el recuerdo de los almuerzos en la playa y el calor del sol sobre la piel-, los boquerones fritos son la elección adecuada, sabrosos para picar al principio de la comida, especialmente con una copa de Falanghina Campania IGT. En un sorbo de este vino se encuentra la vivacidad de su tierra de origen, expresada con matices elegantes y persuasivos. Límpida y brillante, la Falanghina cosquillea la nariz con una intensa carga aromática, compuesta de esencias afrutadas (entre ellas manzana y lichi) y cítricas, así como ligeras notas de hierbas, como el tomillo, mientras que al paladar llega rico y complejo. Una sola degustación basta para dar un impulso inmediato a cualquier entrante de pescado.
Aperitivos de carne y vino de invierno
Todo menos pobre, la estación terrosa del invierno ofrece a los comensales una gran variedad de excelentes productos, como carnes, frutas y verduras. Icónicos en esta estación son el brócoli y las castañas, con los que preparar deliciosos platos.
Si busca una idea sencilla y sabrosa para unos entremeses de temporada con carne y un buen vino a juego, puede empezar con unas mini quiches de brócoli y salchicha, que crean un alboroto de sabores intensos y texturas diferentes. Dentro de una cubierta de hojaldre desmenuzable, estas tartaletas esconden un relleno cálido, envolvente y sabroso, a medio camino entre el sabor untuoso de la salchicha y la dulzura del brócoli.
¿La mejor manera de saborear este plato? Descorchar un vino piamontés emblemático como el Barbaresco DOCG, un vino que exhibe con orgullo un derroche de aromas embriagadores, amplificados por una crianza que alcanza los 50 meses para la versión riserva. El examen olfativo revela notas de guinda y especias, mientras que la degustación revela un sabor seco e intenso, con una buena presencia de taninos.
Ingrediente perfecto para postres invernales, pero también para enriquecer preparaciones saladas, la castaña es un verdadero emblema de la estación fría. De hecho, también se puede utilizar para crear entremeses con productos típicamente invernales, preferiblemente junto a un producto más salado. Excelentes como plato caliente, las brochetas de castañas y beicon están en su punto cuando se saborean con un vino tinto ligero, aromático y fácil de beber, como un Lambrusco di Modena DOC.
El tinto espumoso más conocido de todos los tiempos, capaz de gustar a todo el mundo gracias a su versatilidad y alma bebible, se adapta perfectamente a esta receta. Su acidez media y su presencia moderada de taninos hacen que el Lambrusco acompañe este plato sin sobrecargar los sabores ni ser sobrecargado a su vez. Sus notas fragantes incluyen toques de moras y frutos rojos, mientras que en boca es equilibrado, estructurado, suave y vivo, con una efervescencia inmediatamente reconocible. Perfecto para hacer una excelente combinación de entremeses con embutidos y vino en invierno.
Los mejores vinos para acompañar entrantes vegetarianos
En el mundo culinario -especialmente el que bebe en gran medida de la tradición más rústica y genuina- tampoco faltan los entrantes vegetarianos de invierno, gracias a una extraordinaria variedad de verduras de todo tipo.
Un flan de alcachofas, por ejemplo, es perfecto para abrir el apetito de los comensales, gracias a su textura ligera. Puede saborearse solo o enriquecerse sirviéndolo sobre un sabroso lecho de queso parmesano fundido, con el que es imprescindible escarpar en cada bocado. En ambos casos, una copa de Vermentino di Sardegna DOC es ideal para acompañar un sabor particular como el de las alcachofas, aportando al paladar un agradable frescor.
Fino, equilibrado y elegante, este vino despliega un alma sabrosa y mineral, y un bouquet aromático en el que destacan sobre todo notas de manzana y cítricos, con sugerencias casi herbáceas, mientras que en boca conquista con un regusto de flores blancas. ¡Indispensable en entremeses con verduras de invierno y vino!
Si, por el contrario, desea llevar a la mesa un plato rústico y sabroso, una excelente idea para un aperitivo son los rösti de cebolla y patata, unas tortitas pertenecientes a la tradición culinaria suiza que suelen consistir en patatas, pero que pueden elaborarse en muchas variantes.
En este caso, se necesita un vino capaz de desengrasar el paladar de la untuosidad de esta preparación fritay, al mismo tiempo, aligerarlo del intenso sabor de las cebollas
El candidato ideal sigue siendo un blanco isleño, como un excepcional Grillo Sicilia DOC. Emblema de una zona mediterránea que se refleja en sus notas organolépticas, el Grillo es uno de los mejores vinos de Sicilia, de color amarillo pajizo con ligeros y elegantes matices dorados. Basta un sorbo para enamorarse de sus aromas de flores blancas y jazmín y sus notas de frutas tropicales. Su sabor acidulado y fresco lo convierte también en un vino perfecto para acompañar platos fritos de tierra y mar.
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